14° Congreso de la Asociación Alemana de Hispanistas
Universidad de Ratisbona, 06/03 - 09/03/2003

Sección: Discursos sobre la hibridez en Latinoamérica: del Descubrimiento hasta el siglo XXI

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Responsables:
Prof. Dr. Alfonso de Toro (IAFSL)
Dr. Claudia Gronemann (IAFSL)
Cornelia Sieber (IAFSL)
René Ceballos (IAFSL)
Ibero-Amerikanisches Forschungsseminar
Universität Leipzig
Beethovenstr. 15
04107 Leipzig
Tel.  0049 (0)341-9737490
Fax: 0049 (0)341-9737498
Dirección electrónica de la sección: hybrid@rz.uni-leipzig.de

Concepto
Bibliografía
Participantes de la sección (Última actualización: 08/2002)
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CONCEPTO

El objetivo de esta sección radica en el análisis de los fenómenos de la hibridez en sus diferentes concretizaciones históricas y actuales, desde el Descubrimiento hasta el siglo XXI (relatos, cróni-cas, cartas, material etnográfico, cine, literatura, ensayo). Para ello no solamente Hispanoamérica puede ser un punto de partida o análisis, sino también Brasil, el Caribe y la cultura latino o hispano-norteamericana representan puntos de gran interés.
Así mismo, tanto los mecanismos constituyentes de identidad y diferencia, como la construcción del sujeto y género (gender) dentro de los discursos culturales forman un aspecto relevante para la dis-cusión. ¿Qué papel desempeñan dentro de este contexto, por ejemplo, la escritura, la oralidad, el cuerpo y los nuevos medios? ¿Hasta qué punto se deconstruyen los géneros literarios, textuales y los modelos canónicos generales para lograr una hibridez de discursos que tradicionalmente eran independientes como la historiografía y la literatura, entre otros?
Los fenómenos mencionados pueden analizarse en dos niveles relacionados estrechamente entre sí. Un punto central puede estar representado por el nivel teórico-epistemológico (vid. 2.1) o por el nivel del objeto (vid. 2.2, en el que se analizan fenómenos concretos diacrónica o sincrónicamente).

1.  Los conceptos de Hibridez, Transmedialidad y Cuerpo

Tan sólo la mención del término hibridez, y otros relacionados con éste, ofrece las primeras dificul-tades para su empleo ya que existen diferencias en cuanto a su intención, extensión, similitud y re-lación con términos vecinos. Además, el concepto de hibridez proviene de diversas disciplinas y de diversos contextos de argumentación; es, conjuntamente, central en nuestro tiempo, goza de varia-das definiciones y se aplica en muy diversos campos.
Se consideran como sistemas “híbridos” aquéllos que se caracterizan por su complejidad y que re-curren a diversos tipos de modelos y procedimientos. Partiendo de esta premisa, en la investigación sobre inteligencia artificial, por ejemplo, se desarrollan “intelligent hybrid systems”; en la técnica y la medicina, se entrelazan sistemas con el fin de alcanzar una mayor eficiencia, velocidad, multifun-cionalidad, complejidad y sinergia (cfr. Schneider/Thomsen); en la teoría de la cultura se emplean términos tales como ‘heterogeneidad’, ‘diferencia’/‘diferancia’, ‘diversidad’... que representan al-gunos de los conceptos a través de los cuales se describen los procesos de hibridación.
En vía de una actividad transdisciplinaria y productiva del término hibridez, es necesario establecer un metanivel en común. El fenómeno de la hibridez representa un acto de comunicación transcultu-ral. Su investigación deberá solucionar problemas de definición y proponer una concepción episte-mológica para evitar aplicaciones contradictorias.
Lo primero que constatamos es que hibridez significa un movimiento nómada de fenómenos cultu-rales con respecto al “Otro” y a la “Otredad”, es un movimiento recodificador e innovador entre lo “local” y “lo externo”. Entendida de esta forma, la hibridez evita reducciones esencialistas y la de-terminación de la diferencia y la alteridad en un nivel ontológico prefigurado, posibilitando conce-bir estas dos categorías como una diferancia y una altaridad, es decir, como diversas formaciones discursivas que deconstruyen y recodifican “metadiscursos” oficiales y normativos. Dentro de esta concepción el término “negociación” (cfr. Bhabha 1994) representa un papel importante que debe entenderse como un acto recíproco de apertura y cuya naturaleza es complejísima y no siempre libre de conflicto. El momento de la “negociación” es asimismo de central importancia en la constitución de un tercer espacio (third space, cfr. ibíd.) que siempre debe formarse nuevamente, es decir, en el sentido de una perenne dialogicidad.
La hibridez implica un acto de translación, un pensamiento que perlabora (‘verwindet’) el logocen-trismo de Occidente. Este tipo de pensamiento híbrido, que ‘perlabora’ el dualismo logocentrista del pensamiento occidental, ya se encuentra en estado germinativo en algunos discursos premodernos y continúa su desarrollo en el discurso moderno de un gran número de culturas. Los conceptos de diferancia (différance, Derrida), altaridad (altarity, Taylor) y transmedialidad (sobre todo en rela-ción con la categoría cuerpo) son primordiales para la explicación del término hibridez.
La diferancia se puede entender dentro de la semiótica de la cultura y en el nivel de la represen-tación como una categoría que establece los principios de la descentración de un pensamiento antilogocentrista y antidualista. Siguiendo esta premisa, la hibridez debe entenderse como una estrategia o proceso que se manifiesta en los principales puntos-cruces o en los márge-nes/orillas de las culturas. Los términos ‘orilla’ o ‘margen’ no implican fundamentalmente ‘exclusión’/‘discriminación’ o marginalización, sino que se refieren a lugares de articulación de nuevas formaciones culturales llevadas a cabo a través de las estrategias de deterritorializa-ción, reterritorialización, recodificación y reinvención (por ejemplo, la transposición de una unidad cultural de su lugar habitual en otro extraño que deberá ser nuevamente habitado).
La altaridad (Taylor) designa las translaciones concretas de la mezcla de diferentes formas y medios de representación.
La transmedialidad implica y significa una multiplicidad de posibilidades mediales y no sólo el intercambio de dos formas mediales distintas. No se trata de una mera agrupación de medios, ni de un acto puramente medial-sincrético, ni tampoco de la superposición de formas de representación medial. La transmedialidad representa un proceso, una estrategia condicionada estéticamente que no induce a una síntesis de elementos mediales, sino a un proceso disonante y con una alta tensión. La conexión epistemológica entre hibridez y transmedialidad radica precisamente en esta deslimitación de las prácticas tradicionales que se derivan de la superación de discursos universales (géneros, tipos textuales, poéticas normativas) como resultado de un cambio radical de los conceptos de sujeto y realidad. El empleo estratégico de distintos medios no es simplemente un acto formal, sino uno semántico-cultural.
Considerando lo anterior, el cuerpo y sus partes constituyentes (sexualidad, poder, pasión, violen-cia, perversión, lenguaje, memoria, historia, etc.) son de fundamental y central importancia en el campo de la construcción teórica postmoderna y postcolonial. En este contexto, los temas represión, discriminación, opresión, confrontación, deseo, castigo, orden simbólico e imaginario, es decir, “la variedad de las relaciones de fuerza que habitan y organizan un campo” (Foucault 21986: 113-114) podrían ser tratados. Desde esta perspectiva, el cuerpo constituye el punto de partida y el lugar de producción de significación y de diseminación; es percibido en su propia materialidad y es emplea-do como acción, como lenguaje y no como transportador “de algo”. El cuerpo como categoría teóri-co-cultural en un contexto postcolonial constituye la marca para representaciones mediales de la historia del colonialismo (memoria, inscripción, registro), de la opresión, tortura, manipulación, agresión y confrontación (transformación). Hábitos y características externas como color de la piel, formas gestuales, olor y vestimenta funcionan como lugar de conflicto. El cuerpo comienza a actuar a más tardar cuando la lengua fracasa como medio de comunicación; produce conocimiento y queda como último refugio de la identidad. Las huellas en el cuerpo son de naturaleza múltiple y hablan por sí mismas, conllevan la opresión, la colonización y la descolonización. El cuerpo se puede ana-lizar e interpretar al menos en dos direcciones: como unidad productora de sentido (significante) y así como medio de signos lingüísticos, como medio de ideologías, propuestas y diversas estrategias, o como unidad diseminante de sentido, autorrepresentacional.

2. Campos de análisis
2.1. Nivel teórico-epistemológico

Aquí se considerarán ponencias en las cuales se traten principalmente problemas de concepción, definición y terminología de la hibridez, o en las que se desarrollen modelos de operabilidad. En un primer paso se podrán tratar problemas teóricos generales ya que a pesar del enorme número de publicaciones hasta el momento no existe una teoría o descripción teórica de la hibridez, teniendo como consecuencia la conglomeración de diversos niveles y términos.

2.2. Manifestaciones concretas de la hibridez

Aquí consideramos tres aspectos principales de los cuales se podría partir para analizar las formas de hibridez (diversidad/diferencia, procesos de hibridización) en Latinoamérica.

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BIBLIOGRAFÍA

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PARTICIPANTES

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